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El título de este blog hace alusión a una actitud que considero bastante acertada, una actitud en la que tus conexiones neuronales están siempre alerta buscando y recibiendo información externa, la cual puedes filtrar y usar a tu antojo...claro..éste es el paso más importante...ya que una postura abierta y positiva ante los estímulos externos es la base fundamental.

martes, 26 de noviembre de 2013

Memorias de Bolivia IV: Camino a Chataquila....


Me encontraba en el corazón del departamento de Chuquisaca, en el corazón de Bolivia...El séptimo mes de 2013 y el que abrió la cuenta atrás para el abandono de aquellos bellos paisajes. Llego al cruce de donde parten los camiones y buses hacia innumerables pueblitos de alrededor de Sucre. En cada esquina, un puesto de comida, pan, refrescos, fruta, verdura...ahí voy parando y comprando lo necesario para pasar un dia de caminata...un poco de pan, jamón, mandarinas, agua...indispensable, mi equipo del mate y una bolsita de 5 pesos de coca, algo que sabía sólo iba a disfrutar durante mi estancia en Tierras Andinas.Lista entonces para comenzar la búsqueda de un transporte que me lleve a Punilla, un pueblito situado a unos 24 Km de Sucre, cruce donde comienza el trecho de tierra para ir al camino del Inca. Dicho camino se encontraba entre Punilla y Chataquila, otra localidad a 6 Km más hacia el Sur.
A medio camino entre Punilla y Chataquila
De Punilla a la aventura
En mi cabeza, repasando las instrucciones que me dictó el Gitano; "tomate el 1...bajate en el cruce, andá hasta donde veas una seño que vende naranjas en la esquina...", "ahí le preguntás cómo llegar a Chataquila...te va a decir que sobre las 9 salen, pedile que te cobre 10 Bs."..."decile al chofer que te avise llegando al camino del Inca, te vas a dar cuenta cuando veas las capilla de Chataquila...". Tal cual, cambiando un poco los horarios...como no....esperé unos 50 min. a que llegase de un pueblo que no recuerdo el nombre, no me di ni cuenta de que el bus estaba llegando, cuando salieron personas de todos los rincones a paso acelerado para no quedarse sin asiento. Esto causó que me quedase sin plaza...con el "boleto" en la mano, así que me dirigí al que parecía el responsable y le pedí me ayudase a resolver la situación. Me propuso ir delante sentada junto a la caja del motor...observando la situación, me di cuenta de que era algo normal, al ver la naturalidad con la que el señor me hacía un hueco ente las cosas, colocaba una mantita de lana de llama y me indicaba dónde podía sentarme. Durante el camino algunos imprevistos de tipo parada por problemas con el motor, parón de la marcha por obras en la carretera...cosas que hicieron que llegásemos unas horas más tarde de lo previsto, pero que también hicieron que pudiese observar cada detalle del paisaje.
Una vez llegué al punto de partida de la ruta, me bajé del autobús y observé el inicio de un pequeño sendero empedrado prolijamente. Este recorrido, es parte de un camino que atraviesa lo que era todo un imperio de los Incas en la época prehispánica, y atraviesa varios pueblos andinos y fronteras de Ecuador, Perú, Boliva, Argentina, Chile y Colombia. Este camino, era indispensable para la vida de los Incas, ya que entre otros, hacía de nexo de unión entre núcleos de población para los mensajeros de autoridades, para el transporte de material en llamas y como medio de traslado del ejército.




El camino está en buen estado de conservación, y aún sirve a los campesinos para transportar ganado. Es inevitable parar cada pocos metros para oler, escuchar y observar el horizonte. Fue una experiencia maravillosa el poder mirar hacia delante y ver a mis pies montañas grandes cubiertas de vegetación y sentir que en esos momentos, mi única compañia son las aves y otros animalesque habitan alrededor y que tímidamente se dejan ver en un tierno descuido...Pude recorrer sólo una pequeña parte, y entre tanto, parar a tomar unos mates y a reflexionar sobre toda mi estancia en el país entre otras cosas.
Poco más de dos horas más tarde, comienzo a subir por donde bajaba, quería seguir hacia delante pero elegí volver ya que para regresar a Sucre debía ir caminando hasta Punilla y de ahí buscar movilidad, para todo esto tenía hasta las 6 de la tarde, y ya eran las 3p.m. Mi camino de vuelta, me ocupó unas 3 horas, con lo que llegué justo a tiempo para buscar modo de transporte...salían de este poblado camiones y coches que recorrìan todo el camino de tierra hasta la entrada de Sucre. Punilla, alberga cierta magia, con las casitas de barro unidas por los caminitos de tierra, por donde descansaban gatos, perros, ovejas, cerdos, cabras y el hombre en consonancia con todo esto. Me senté en una roca a observar tan abrumador panorama, enfrente de la casa de la "seño" de las hamburguesas del pueblito. Enseguida tuve que subirme en la parte de atrás de un camión y seguir camino cuando casi ya era de noche. De vuelta, sentada entre sacos de verduras, tierra y campesinos que necesitaban regresar a casa tras la jornada de duro trabajo.
Al llegar a casa, una buena ducha tibia para sacarme la tierra, y una vuelta de observación de las fotos sacadas...había sido un día completo, cansada al fín, me rendí sobre el maltratado colchón del cuarto de la residencia que en esos días, hacía de mi habitación.


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